La película “red social” promueve disímiles puntos de vista y puede ser criticada desde diferentes aspectos como la desaparición de los valores éticos y morales, el a vasallaje de la internet sobre los demás medios, la pérdida del contacto humano como factor fundamental en el proceso de socialización y humanización, entre otros, los cuales se relacionan directamente con la sociedad actual. Además nos referencia algunos (por no decir muchos) de los efectos nocivos que éstos medios comunicativos causan en el vasto grupo de personas que los utilizan.
Para este texto me interesa hacer énfasis sobre el empobrecimiento humano en las sociedades contemporáneas, es decir, en el poco contacto personal y físico que se ha producido por el uso de masivo de estas redes virtuales. Ya es muy común escuchar que la gente en su cotidianidad se pone citas por internet. Las calles en los barrios se encuentran más solas de lo habitual, los parques parecen lugares fantasmas donde ya no se ven niños. Ya las personas se han convertido en seres ermitañas, porque se las pasan la mayor parte del tiempo sentados frente a su computador chateando con su “vecino del frente”, con el amigo que vive en Europa y que hace muchos años no ve, o simplemente inmiscuido en un sinnúmero de juegos electrónicos que acaparan toda su atención. Ha llegado a tal punto la dependencia hacia la red que podemos incluso “tener sexo” por medio de una cámara web. “ya ni para sentir placer recorremos al contacto corporal”. Estamos en medio de una sociedad que ha olvidado por completo los juegos tradicionales, que pronto olvidara reírse a carcajadas en medio de un grupo de amigos, porque basta solo con teclear un “jajajaja…” para expresar nuestras emociones de alegría, porque estamos empeñados en conocer el mundo más allá de nuestro ojos, en conocer lo que ocurre en otros países, en estar actualizados en los últimos sucesos. Pero a cambio de esto no tenemos ni la más mínima idea de lo que ocurre en nuestro barrio, de lo que pasa en nuestros hogares, de los problemas de nuestros hijos, de nuestros hermanos.
No quiero decir con esto que el uso de éstos medios sea perjudicial para la sociedad, de hecho son muy beneficiosos y nos hacen la vida más fácil y más rápida, nos ahorramos las colas en los bancos, podemos hacer compras, entre otras ventajas. Más bien me refiero, a que hay que darles un giro, un redireccionamiento, para aprovechar sus beneficios –vuelvo y digo que son muchos–, pero que no los estamos sabiendo utilizar. Este es quizás el reto más grande que tiene la educación en la actualidad, no solo hay que enseñar a los estudiantes el funcionamiento de las tecnologías, sino también, hay que incentivarlos para que le den un uso apropiado, un uso mediado por la crítica consciente. Que se den cuenta que las tecnologías al servicio de la comunicación son precisamente para eso, para comunicar, para opinar, para aprehender las cosa buenas que ellas nos ofrecen. Que no basta solo con sentarse frente a un ordenador y teclear en un chat o editar un video, lo más optimo seria sentarse frente al computador y reflexionar sobre qué es lo que estoy haciendo, para que lo esto estoy haciendo y de qué manera me estoy beneficiando.
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