Es una película sorprendente, llena de una gran carga emocional, con un contenido estrictamente trabajado y con unos matices que atrapan la audiencia de tal manera que nadie quiere perderse ni un solo momento del filme. Llama mucho la atención el amor, la pasión y la dedicación con la que el protagonista hace su trabajo, que quizá, va más allá de la relación común entre un profesor y su estudiante; es una relación cuasipaternal, que para el profesor es más importante su estudiante que su propio bienestar. La idea de realizar su trabajo bien y poder hacer con la niña lo que no pudo hacer con su hermana, se convierte para él en casi una obsesión, en un proyecto de vida.
La película nos bombardea con un contenido lleno de valores, donde lo que más importa es el ser humano como tal, donde la materialidad no tiene ningún valor, ni va más allá del espíritu. En mi, ha llegado a suscitar un contraste muy amplio, en cuanto a la realidad del que vive el medio oriente actualmente, con la carga ética que presenta la película. Para nadie es un secreto que tanto en la India como en sus países vecinos ocurren a diario muertes, masacres, violaciones a los derechos humanos, entre un sinnúmero de crímenes de lesa humanidad, que se contraponen con la visión moral que el director de la película quiere mostrarle al mundo. ¿Será que solo es una cortina de humo para esconder la realidad que se vive en medio oriente? O ¿será que es una manera de echar al olvido el dolor que los apaña? No lo sé, el caso es que sí es un ejemplo para el mundo occidental y para nuestro pensamiento capitalista, escaso de humanidad.
Por otra parte la película nos pone un ejemplo magnífico sobre el rol que debe cumplir un profesor al momento de hacerse cargo de la educación de sus estudiantes, ya que no basta solo con entregarles una cantidad de conocimientos, sino que hay que prepararlos para la vida, para que sean personas beneficiosas para la sociedad. Eso es precisamente lo que hace el protagonista con la niña, la convierte en un ejemplo de vida y de superación. Mas allá de sus propias falencias físicas, él le enseña a conocer el mundo de otra manera, sin “imposibles” y a explotar sus habilidades. La hace comprender que ella es igual a todos los seres humanos sin importar su condición física.
Hay que destacar también que él no solo educa a la niña, sino que también educa a sus padres, ya que éstos la trataban como a un “animalito” incapaz y dependiente. Por lo tanto es éste el trabajo que deben realizar los docentes en la actualidad, en conjunto con los padres y el resto de la sociedad. Pues la educación no compete solo al profesor, como erróneamente se ha creído, la educación es un fenómeno que se debe iniciar en los hogares y que se complementa en la academia, Pero hay que tener muy claro que ésta última no remplaza la primera de ninguna manera.
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